Agencias
La sorpresiva noche catalana se inició con la ausencia de Lionel Messi en el primer equipo de “Tito” Villanova. Sin el mejor jugador del mundo, el Barcelona tenía la difícil tarea de revertir un 4 a 0 en contra sufrido en Alemania. La presión ejercida por Bastian Schweinsteiger y por Philipp Lahm prohibía al Barcelona la posibilidad de crear jugadas de riesgo.
Los “blaugranas” eran los que tenían que conseguir la goleada, sin embargo eran los teutones quienes llegaban con más claridad al área rival. La desesperación por la victoria hacía que el elenco “Culé” dejara muchos espacios en la línea defensiva y la solidez de la visita convertía al arco de Neuer en el impenetrable. Sólo a los 28 minutos Xavi tuvo la posibilidad más cercana a convertir el primero, con una volea que se fue por encima del travesaño. Faltaba creatividad y la “Pulga” seguía sentado en el banco de suplentes.
En el entretiempo, cuando todo indicaba que el rosarino iba a saltar al campo de juego, el Barça se presentó a disputar el segundo tiempo sin “Lio”. La ausencia del argentino era, sin dudas, un sinónimo de resignación. Además, a los tres minutos del segundo tiempo Arjen Robben se escapó por el sector derecho y marcó el 1 a 0 para sentenciar la eliminatoria. La necesidad de los seis goles para llegar a la final y el ingreso de Alexis Sánchez por Xavi dejaban al Barcelona de rodillas en su propia casa.
Con los brazos rendidos y la toalla tirada, desde el banco de suplentes Messi mostraba su enfado por no poder estar en la cancha, mientras que “Tito” Villanova pensaba en los próximos compromisos y sacaba a Andrés Iniesta por Thiago Alcántara. La eliminación en la Champions League y en la Copa del Rey obligaba a los “blaugranas” a quedarse con la Liga lo antes posible.
Para colmo de males, a los 27 minutos Gerard Pigué intentó despejar un centro de Ribéry y con un movimiento muy poco ortodoxo envió la pelota al fondo de la red. La pesadilla continuaba y los puñales no cesaban, porque tres minutos más tarde, un centro más del francés terminó con festejo alemán. En este caso fue por el cabezazo de Thomas Muller para liquidar la llave con un 3 a 0 inapelable.
La última vez que el Barcelona había perdido por este resultado en el Camp Nou, había sido el 14 de diciembre del 2002 ante el Sevilla. Más lejano en el tiempo se puede destacar una eliminatoria global de 7 a 0, porque pasaron 50 años desde aquella vez en la que el Valencia humilló al equipo “Culé” con ese marcador.
En Wembley, la tierra de los creadores del fútbol, habrá final alemana. El Bayern Munich y el Borussia se dirimirán la Champions League, siendo ésta la segunda final consecutiva para los conducidos por Josef Heynckes.
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