La presencia de Laura Vaca Hernández destaca, no sólo por sus logros, sino por su energía y jovialidad, que contagia a todo aquel que la rodea. Quien conoce su historia y logros sabrá definirla como una mujer plena.
Y no es para menos la vida le ha dado una larga lista de triunfos por presumir. En sólo dos días en el Campeonato Nacional masters de Natación que se lleva a cabo en el Centro Acuático Impulso León, impuso dos nuevas marcas en las modalidades de 100 metros dorso y 50 mariposa.
Esta mexiquense lleva 45 años de su vida dedicada a la natación y es que desde niña, su padre Salvador Vaca Mendoza, se convirtió en su entrenador y guía.
Entre sus principales logros se encuentra su participación en los Juegos Olímpicos de México en 1968, donde logró alcanzar dos finales olímpicas.
Y hay más: estableció una marcha mundial y Récord Guinnes en el doble cruce del Canal de la Mancha en la modalidad relevo en el 2007.
En el 2009, estableció un nuevo record de nado alrededor de la Isla de Manhattan, Nueva York, en la modalidad relevo en un tiempo de 7:40:22; también obtuvo el récord mundial “FINA “ en la especialidad de 400 metros en el 2008.
Fuera del país su trayectoria también ha sido reconocida: en el 2012 recibió el premio “Jean Borotra” otorgado por el Comité Internacional para la FAIR PLAY, Budapest, Hungría por su trayectoria y vida ejemplar. Fue la primera mujer mexicana en recibir este reconocimiento.
Deporte y sensibilidad humana
En esta mujer de 63 años, hay una faceta que pocos conocen y es su entrega a las necesidades más sentidas en la sociedad. Pocos saben que ha colaborado en las Olimpiadas Especiales en apoyo a los pequeños con discapacidad; así como en programas “Deportes para Compartir” dirigido a mujeres en situación de vulnerabilidad.
El apoyo a su género no se limita, también las niñas de la calle han sido impulsadas con su presencia a través de la “Fundación Ayusol”.
Además de nadar, actualmente es entrenadora master y conferencista motivacional.
Para ella estar activa es estar viva y con su trabajo demuestra que la mujer mexicana “es capaz de ser una triunfadora mundial con base al trabajo, la constancia, la dedicación y sobre todo a no perder de vista que el camino de la vida está lleno de tropiezos y sinsabores”.