A la segunda fue la vencida. Con un contundente 104-87 sobre unos desfigurados Miami Heat, los Spurs se proclamaron este domingo campeones de la NBA.
Tras perder la final de 2013, la franquicia de San Antonio, de la mano de un sensacional Manu Ginobili, se tomó la revancha y trituró al hasta ahora todopoderoso tridente de Miami.
La serie, al mejor de siete, terminó 4-1.
Lebron James, con escasa ayuda de Dwayne Wade y Chris Bosh, fue incapaz de parar a un conjunto en el que todo el quinteto inicial jugó a nivel de estrella.
El quinteto formado por Ginobili, Tim Duncan, Tony Parker, Danny Green y Kawhi Leonard fue demasiado este año para Miami, que no pudo hacerse con su tercer anillo consecutivo.